Las personas atravesamos momentos evolutivos a nivel individual, que nos ofrecen aprendizajes propios de la edad que tenemos y se pueden ver agrupados
en ciclos de 7 años en el ser humano.
Para ello voy a comentar unas cuantas de estas etapas únicamente a modo de “mapa” por si os resuenan.
Es importante conocerse y conocer en qué momento vital nos hayamos, para sentirnos más
centrad@s, segur@s y saber que hay cosas que surgen porque “es lo que toca” de modo natural.
Pero creo que también es importante saber que cada un@ somos únic@s y que a veces vivimos ciertas etapas a un tiempo diferente al que la sociedad espera, o del que deseamos nosotr@s mism@s.
También puede ser que debido a un profundo trabajo personal o a las exigencias de la vida, desarrollemos cualidades de etapas más maduras a una edad temprana.
Por eso digo que es sólo un mapa, pero muy útil ;).
✔️Para un joven adulto la etapa de los 21 a los 28,
marca un periodo en el que se encentra realizando un camino profesional, que puede haber sido vocacional o no, establece una relación de pareja y se pregunta qué valor tiene para los demás.
✔️Cuando nos adentramos en los 28 y hasta los 35,
las cosas cambian y surge una necesidad de maduración y seriedad, para conformarse como adulto. De hecho en torno a los 28 tenemos el primer retorno de Saturno, que simboliza una revisión acerca de cómo estamos de maduros y nos invita a una reflexión profunda.
En esta etapa suelen llegar los niños, buscamos un trabajo duradero…pero según llegamos a los 35 internamente nos preguntamos:
-¿me pasaría toda la vida haciendo este
trabajo?, ¿qué es lo que realmente me inspira y motiva?.
✔️De los 35 y hasta los 42 vivimos una segunda adolescencia,
en cuanto a: recuperar los sueños de infancia, adolescencia y juventud.
Traer ese espíritu desde la madurez actual, puede refrescar viejos esquemas mentales en los que nos hayamos imbuido en mayor o menor medida, al aceptar las normas del juego adulto, que no pocas veces nos vuelven rígid@s.
Entorno a los 42 años se produce la llamada «crisis de los cuarenta», que tiene su correlato astrológico con la oposición de Urano al Urano natal. Urge el dejar un legado en el mundo, bien sea con hij@s o con obras.
✔️A partir de los 42 y hasta los 56, se da un periodo en el que sale el potencial humano que llevamos dentro.
-Profesionalmente puede ser una etapa dorada.
Energía y experiencia se dan la mano. Puede que los hijos ya se marchen del hogar y la pareja se reencuentra tras años de crianza, pudiendo surgir conflictos o divorcios.
✔️La siguiente comprende de los 56 a los 63 y se acerca a la jubilación,
por lo que lo vital empieza a ganarle terreno a lo profesional.
Puede surgir una búsqueda existencial y de apertura hacia los demás, como por
ejemplo ejerciendo un voluntariado.
En esta etapa se da el segundo retorno de Saturno. Si hemos hecho los «deberes» vivimos con más en paz. Si no hemos sido sincer@s con nosotr@s mism@s, las cosas se nos podrán delante para ser asumidas.
✔️De los 63 a los 70 el sabio/la sabia interior,
contempla y reconoce ,que un@ es mucho más que lo que hace o logra y esto aporta serenidad.
La muerte se va percibiendo como algo a aceptar, algo que nos da cierta lucidez a la hora de discernir lo importante de lo que no lo es.
Podemos ayudar a otros desde la sabiduría.
✔️El periodo comprendido entre los 70 a los 77 nos conduce a una paulatina pérdida de energía y nos acerca a los pequeños y a los jóvenes, pues al acercarnos hacia el fin, el inicio se une a éste, como en un círculo.
Por ello hay más complicidad entre abuel@s y niet@s.
✔️A partir de los 78 y hasta los 84 entramos en la recapitulación de toda una vida y se narran historias de la biografía personal que pueden aportar sabiduría a los otros.
Nos preparamos para la serena partida del alma hacia el silencio.
✔️De los 84 en adelante tenemos el tercer retorno de Saturno y el primer retorno de Urano. Es un momento de un nuevo nacimiento. Este puede suponer precisamente el abandonar nuestro personaje, para volver a la unidad.
¿Y tú, en qué septenio te encuentras?
Gracias por leerme
Rut Abad Peña